Sabes qué? Acabo de leer el mail. Te felicito, una persona más a la que dejaste hecha mierda. A
ver, decime, ¿qué logras con hacer esto?, ¿qué logras al vernos sufrir con las cosas que decís?
Qué logras? No, pero claro, ponerse en el papel de víctima es más fácil: «no me digas cómo son
las cosas en realidad porque me quiero matar, soy la única que puede tirar mierda, todo lo que
me digan los demás para poder defenderse está mal, entonces todos tienen que ser buenos
conmigo y entenderme mientras yo me cago en sus sentimientos».
Si no querés escuchar lo que tenemos para decir, nuestras respuestas a toda la mierda que nos
tiraste, entonces, por empezar, no digas todas las cosas que decís! Nos tiras con un palo mal y después pretendes que no te digamos nada. Decís que te hace daño que lloremos por vos, que
no es lo que querías, pero sabes que, al igual que Sabri, ya no te creo. Si decís todo lo que dijiste es porque justamente querés ver cómo los demás se hacen mierda por vos, te gusta vernos sufrir por vos.
La verdad, felicito a Sabri, concuerdo con la mayoría de las cosas que te dijo y la felicito también
por haber tenido las pelotas que yo no tuve anoche para decirte todo lo que ella pudo decir.
Tenía tantas ganas que lo supieras, pero no lo hice porque no quería que te pusieras peor,
porque, al contrario de lo que a vos te pasa conmigo, todavía me importas. Pero estuve
pensando y tampoco voy a dejar que me pisotees y bardees de tal manera, me cansé de estar cuidando lo que digo para no lastimarte y para que no te pongas mal. Vos te cagaste en mí en
esta última semana más de una vez. Yo intenté ser paciente pensando «ya se le va a pasar, sólo tiene un mal día», pero ese mal día dura demasiado y ya me harté. No voy a permitir que te diviertas viéndome sufrir, ya no más... Te estás quedando sola, Giuliana, y algún día te vas a
arrepentir...